Carril automático en peajes de Ciénaga-Barranquilla permanece vacío en plenos trancones
Pese a que el sistema se instauró como una solución a la movilidad en los peajes de Tasajera y Palermo, se ha terminado convirtiendo en uno de los principales problemas.
En los peajes de Tasajera y Palermo, en la vía que comunica a los municipios de Ciénaga con Barranquilla, se viene presentando un panorama que pone a reflexionar a más de un viajero, en especial, cuando hay congestión vehicular en esta importante carretera.
De los cuatro carriles que se encuentran habilitados por cada sentido desde marzo de 2016, ahora hay uno de ellos que, pese a que está disponible, ningún conductor pasa por allí por más congestionados que estén los demás accesos. La razón es porque desde hace unas semanas entró en vigencia el carril automático exclusivo.
El carril automático, identificado con un letrero azul de letras blancas, se instauró como una supuesta solución a la congestión que ya es común en los dos peajes de esta carretera que, de paso, son de los más caros del país. Sin embargo, esta iniciativa no ha dado el resultado esperado.
Desde que entró en funcionamiento oficialmente el carril automático, ningún vehículo puede pasar por allí a menos que haya comprado una tarjeta prepago, desde la cual un sensor descuenta el valor del peaje cada vez que el vehículo pase. En teoría, esto debería ahorrar el tiempo que le toma al viajero frenar, sacar el dinero y esperar los vueltos.
Sin embargo, esta medida resulta particularmente compleja, pues los conductores solamente pueden comprar la tarjeta en las oficinas de la Concesión Ruta del Sol, ubicadas en jurisdicción de Palermo y esta no se sincroniza con cuentas de ahorros ni con tarjetas de crédito, sino que funciona como una billetera electrónica: hay que recargarla cada vez que se le acaban los fondos.
Aunque la intención de la concesión tiene una lógica que se aplica en países del primer mundo, en la carretera de Ciénaga a Barranquilla parece no estar funcionando, principalmente, por las dificultades que existen para hacer las recargas.
Quizás si la concesión toma la decisión de socializar los pagos más allá de los puntos de peaje (donde se pierde tiempo cuando los conductores hacen preguntas a la hora de pagar el peaje), y habilita puntos de pago en las ciudades principales de movilidad (Santa Marta, Ciénaga, Barranquilla), el sistema podría resultar un poco más efectivo.
Mientras tanto, en los peajes de Tasajera y Palermo, la solución ha resultado más negativa que la misma enfermedad.